jueves, 14 de julio de 2011

El circo mediático


Los medios de comunicación de este estado Ibérico llamado España, parece que s que informar, como sería su obligación, se han convertido en un CIRCO. Con todo el cariño y respeto que tengo para los Circos que se pasan la vida recorriendo todas las ciudades para ofrecer un poco de felicidad a los ciudadanos.

Es sabido que la línea editorial de cada rotativo obedece a unos intereses políticos y económicos, la prensa imparcial no existe. Ni la Prensa escrita, ni Radio, ni TV, cumplen con su obligación de informar desde la honestidad.

Está claro que las personas no somos objetivas y cado uno tenemos un color político; yo no soy objetivo, creo que soy más rojo que un tomate maduro de los que crío en mi pequeño huerto, la diferencia es que los blogueros damos nuestras opiniones en blog y no somos medios de prensa, somos ciudadanos libres.

Estoy observando como en los últimos años los medios de comunicación se han convertido de un azul que echa para atrás. Es cierto que el PSOE les está dando muchas facilidades, pero el PSOE no representa a la Izquierda autentica de este plural estado de las autonomías, en sus filas hay miles de personas de izquierdas que por un motivo u otro, no se revelan ante la desviación del PSOE hacia opciones de derecha. La corruptela en los ayuntamientos por personas que decían y dicen llamarse socialistas ha hecho mucho daño al partido de Pablo Iglesias, un daño casi irreparable.

Es seguro de la victoria de la derecha en las próximas elecciones, quizá esto también sea un motivo para que algunos periodistas hayan optado por darle leña al mono que es de trapo, en mi mente tengo a varios llamados periodistas que cada mañana lo están haciendo en radio y, otros, que cada noche hacen lo mismo en televisión. Llagando a darse la paradoja que el sinvergüenza, delincuente, Mario Conde, quiere darnos lecciones de dignidad a los ciudadanos que jamás hemos delinquido, a los que jamás en toda nuestra vida hemos estado imputados ni por pisar una hormiga.

Lo sangrante es que las televisiones públicas hagan lo mismo dependiendo del color de quien gobierne esa comunidad y, especialmente, de los medios que pertenecen al estado, es decir, a todos los ciudadanos españoles.