miércoles, 4 de mayo de 2011

La Historia que no se escribe



La noticia de la boda de Guillermo de Gales y su ya esposa Kate Middleton, una vez más –no sé de que me extraño- ha sido noticia histórica. Observamos que en este planeta, sus ciudadanos, no hemos avanzado ni un milímetro. La sociedad continua compuesta por la misma pirámide de siempre, los raquíticos avances sociales fueron conseguidos con mucho derramamiento de sangre, sangre roja.

Arriba, en la cúspide de la pirámide los elegidos, aquellos que se diferencia por el color de su sangre, junto a ellos, tirándoles de la levita en público y diseñando la estrategia a seguir para continuar con el momio, en privado, entre ellos se encuentran el gran capital, financieros, las grandes multinacionales, petroleras, etc.,

En los pequeños núcleos de población ocurría tres cuartos de lo mismo, aquellos Duques de Zúñiga, con derecho a pernada, afortunadamente hoy no existen, bueno… ellos no existen, pero si quedan aun quienes les regalan honores que nunca tuvieron elevándoles a los altares. Estos sinvergüenzas fueron sustituidos por los cabecillas del clero, obispo, sacerdotes y demás fauna expertos en el manejo de la hipocresía, sabían que teniendo al pueblo amedrantado tenían el poder.

Mientras, el pueblo pasando habré, no era posible dar de comer a siete hijos con el salario de un tejedor. Ni trabajando 12 horas conseguían saciar el apetito de la prole; algunos niños tenían su propio trabajo. Hasta no hace demasiadas décadas algunos niños bejaranos se dedicaban a repartir cestas de comida para los obreros que trabajaban en las fábricas textiles, algunos cargaban incluso con cuatro ó cinco cestas. Las recogían en las casas de los trabajadores y las repartían en las diferentes fábricas después del toque de sirena, un toque a las 13:00 h y el siguiente a las 14:00 h.

Estoy completamente seguro que la mayor parte de los bejaranos ignoran este tipo de actividad, las fábricas no disponían de comedor y, si querían comer caliente, tenían que traerla de casa. Desgraciadamente hoy que no haría falta esta explotación infantil, no existen en Béjar aquella industria.

Estas son historias que no escriben la historia, no son crónicas de sociedad, La historia importante es la da la boda de unos príncipes ó la grandeza del que fuera Duque de Zúñiga.