La que está moviendo la iglesia católica con la visita de S.S. el Papa de Roma. La cantidad de criaturas que dejarían de morir de inanición con lo que se gastarán con esta orgia mediática. Cuantos hospitales podían abastecerte en el cuerno de África con el dinero destinado a publicitar lo que no tiene razón de ser. No se puede embutir la fe como si de un pato se tratara, la fe se tiene o no se tiene y, cada día, en el mundo, podemos comprobar cómo las iglesias se llenan de fieles.
Recuerdo en mi niñez cuando se nos obligaba a acudir semanalmente a
misa, como la mayoría de niños estábamos deseando que aquello terminara, luego, cuando terminó la vida escolar, la asistencia a los actos eclesiásticos fueron las mínimas imprescindibles: bautizos, comuniones, bodas y funerales –lo cierto es que hace tiempo que paso de asistir a ningún acto eclesiástico-
Tema para descalificar a la iglesia católica hay para escribir millares de libros, no voy a echar mano de ello, únicamente quiero centrarme en la persona de Joseph Aloisius Ratzinger, aquel joven alemán afiliado voluntario a las juventudes Hitlerianas. El joven “Flakhelfer” parece no tener demasiada conciencia cristiana luchando junto aquellos que tenían encerrados y mataban en campos de concentración.
Se comenta que la verdadera biografía de Joseph Aloisius Rat zinger está guardada y bien guardada, ¿la leeremos algún día?
Dicen representar a Jesucristo en la tierra, ¿a quién representan los miles de seglares católicos que están en el polo opuesto de la política del exnazi?
Mi respeto para los católicos y sus creencias, esta es únicamente la opinión personal de alguien al que le obligaron a creer sin darle la libertad de elegir, hoy lo tengo claro me declaro públicamente agnóstico, no llego a la apostasía, tanto se me da, lo dejo tal cual, pero quiero denunciar el despilfarro y la hipocresía de unos seres que dicen representar lo irrepresentable.
